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sábado, 26 de diciembre de 2009

El Romanticismo


1. Romanticismo musical

Sobre el final del siglo XVIII, el mundo presentó por primera vez una real agitación basada en ideales sociales como la democracia y la libertad.
En la historia de la música también se vio un nuevo lenguaje en los argumentos románticos de las óperas de Hamburgo, en las ramificaciones ligeras del género (ópera bufa en Italia, cómica en Francia y singspiel en Alemania) que culminó en obras determinadas, como el oratorio Las Estaciones de Haydn o las composiciones tardías de Mozart y Beethoven. El siglo XIX nació desplazando el arte de sociedad del siglo anterior y cediendo el lugar a una expresión social, nacional y humana.
Ello se tradujo en la incorporación de las melodías y ritmos de los pueblos y regiones. No se trató de componer música para agradar al público, sino para emocionarlo.
El arte y la música se convirtieron en el alma de la nación y quien conspirara en su contra, traicionaría sus raíces.

2. Etapas del romanticismo

Nació como manifestación germana en obras de Hoffmann y Carl Maria von Weber. A este primer período (de 1800 a 1830, en la Europa sacudida por las revoluciones) pertenecieron gran parte de los lieder de Schubert, varias obras maduras de Beethoven y algunas óperas de Rossini. El segundo período romántico abarcó desde 1830 hasta la mitad del siglo, cuando las revueltas sociales ocupaban Europa en 1848. El ojo del huracán renovador de la música pasó de Viena a París, que se inspiró en el romanticismo literario de Victor Hugo y Alejandro Dumas, y que puede ejemplificarse con la obra de Berlioz, en el virtuosismo de Paganini y Liszt, en la poesía sonora de Chopin y Schumann, o en la nueva ópera de Wagner. El período desde mediados hasta el final del siglo fue la era del posromanticismo.

3.El medio sinfónico

En el siglo XIX comenzó una decantación de la creación hacia el medio sinfónico. La orquesta asimiló las cualidades de la nueva sociedad industrial y los ideales democráticos. Su base está conformada por las masas sonoras de las cuerdas (bloques de primeros y segundos violines, de violas y de violoncellos), apoyadas por otros subconjuntos especializados, como los vientos y la percusión. Y sobre todos, el director como figura central, a cuyos movimientos de manos y brazos corresponden el tempo y la expresión general. Las orquestas se hicieron profesionales y trabajaron en ensayos. Aumentaron las exigencias de interpretación y los pasajes solistas en los que expresarse individualmente. El lenguaje orquestal se enriqueció y complejizó, con un despliegue inédito de timbres y matices sonoros, de efectos de conjunto y de un enorme potencial dinámico. El fenómeno implicó una democratización del concierto público, ya que el medio orquestal se prestó a audiciones masivas.

3.1 Poema sinfónico

Denominación de una forma dramática con base en el medio orquestal, que expresó con la música una narración o programa extramusical. En primera instancia fue definida por Berlioz a partir de su Sinfonía fantástica y perfeccionada luego en obras como Harold en Italia o Romeo y Julieta, para terminar enriqueciéndose con los posteriores aportes de Liszt. La música programática ya existía en el siglo XVI, en las batallas onomatopéyicas de Janequin y en otros programas como La Gallina de Pasquini (siglo XVII) o Los vientos en cólera de Daquin (siglo XVIII). Liszt se inspiró en argumentos poéticos para la composición de sus poemas sinfónicos Lo que se escucha en la montaña, Tasso, Los preludios, Orfeo, Prometeo, Mazeppa, Ruidos de fiesta, Heroide fúnebre, Hungría, Hamlet, La batalla de los hunos y El ideal, aunque también impregnan sus sinfonías Dante y Fausto.

3.2 Sinfonía romántica

Aunque este género nació en el clasicismo del siglo XIX, experimentó un gran avance en varios puntos: en la cantidad de obras, en las dimensiones propias y en los medios puestos a disposición de las mismas. Esta abundancia no fue sólo una cuestión de cantidad (el catálogo de Haydn supera las cien sinfonías), sino de su difusión entre casi todos los creadores. Schubert, por ejemplo, compuso diez sinfonías de las que se conservan todas menos Gastein y entre las que se destacan la Cuarta (Trágica), la Octava (llamada Inacabada por componerse sólo de dos movimientos) y la Novena (o Grande). Por su parte, Schumann compuso cuatro sinfonías y Mendelssohn sus sinfonías Escocesa, Italiana y de la Reforma. Mientras, Berlioz abrió las posibilidades tímbricas y efectistas a partir de su Sinfonía fantástica y otros ejemplos que lo llevaron a la creación del nuevo género del poema sinfónico.
Otros géneros musicales
Los compositores románticos siguieron cultivando géneros orquestales heredados del pasado como las oberturas. Un ejemplo popular fue El sueño de una noche de verano de Mendelssohn, autor también de La gruta de Fingal y Mar en calma y viaje feliz. Otras oberturas reconocidas del período fueron Manfredo de Schumann, El carnaval romano de Berlioz o Romeo y Julieta de Chaikovski. El medio orquestal propició también la creación de las obras básicas del repertorio de ballet como La Sílfide de Schneitzhoeffer, Giselle de Adam y luego Coppélia y Sylvia de Delibes, a la vez que Chaikovski y el coreógrafo Petipa crearon El lago de los cisnes, La Bella Durmiente y El Cascanueces. Mientras tanto, la suite orquestal decayó para recuperarse sólo en la segunda mitad del siglo.

4. El músico Romantico

El paradigma del compositor del siglo XIX fue Beethoven. Atormentado por una infancia infeliz, encontró en la música un medio de expresión para el alma. Surgió un nuevo tipo de músico: el consagrado a la composición y no a la interpretación. Así, el papel del artista romántico mostró orgullo por ser un genio incomprendido. Por primera vez en la historia de la música, los artistas compusieron obras que no fueron encargadas y las destinaron a un público futuro... música para la eternidad. Aunque las palabras que siguen eran para Víctor Hugo, podrían aplicarse a los músicos de la época: "Es regocijante contemplar la diligencia con que los románticos aplican la tea a todo lo divino y lo humano, echándolo todo abajo, y acarrean grandes carretadas repletas de normas, y los Clásicos desaparecen del escenario del conflicto".

5. Grandes compositores románticos

Lo pasional y sentimental traducido en una impronta personal muy marcada en la obra de algunos creadores caracteriza al romanticismo. La siguiente es una primera aproximación a los compositores que abrieron el camino a esta nuevo modo de comprender y vivenciar la música. Todos les deben su inspiración a los maestros del pasado, aunque les confieren una nueva personalidad, desde el J. S. Bach recuperado de Mendelssohn, al Haydn modélico de Schubert o la opulenta tradición operística que concluye en Rossini. Simultáneamente, su obra fue objeto de culto y admiración de la joven generación de creadores que nacía sin complejos, como el imaginativo y exuberante Berlioz, el virtuoso y bonvivant Liszt, el atormentado Schumann que encontró en las canciones de Schubert la pasión eterna de la música, o la vena patriótica y ensoñadora de Chopin. Son algunos de los ejemplos de un estilo que mira con respeto a las obras de madurez de Beethoven.

5.1 Franz Schubert (1797-1828)

Nació en Viena. Aunque comenzó a estudiar con su padre, pronto éste vio su potencial y lo envió a tomar clases con el director del coro de la parroquia, y luego acudió a la escuela de la capilla de la corte imperial. Desde entonces empiezó a componer un deslumbrante catálogo de obras e inició un movimiento romántico que abarcó toda Europa. Es el paradigma del compositor que escribe por placer, que alcanza la felicidad en la creación. Sus obras más reconocidas son la Sinfonía inacabada, el quinteto La Trucha y el cuarteto La muerte y la Doncella, aunque su aporte principal lo hizo renovando el repertorio de los lieder con unas 600 canciones, algunas englobadas en ciclos como El viaje de invierno, La bella molinera o El canto del cisne. Asimismo, compuso obras para piano entre las que se destacan los Momentos musicales y los Impromptus.

5.2 Héctor Berlioz (1803-1869)

Nació en pleno período napoleónico. Fue un destacado renovador del género sinfónico que confrontó con la intransigencia del resto de los músicos en casi todos los temas, desde el uso del saxofón hasta su soporte a la nueva visión dramática de Wagner. Tuvo una vida excéntrica y apasionada. Ganó el Prix de Roma, el más importante de Francia entonces, pero no por su singular Sinfonía fantástica, sino por una cantata hoy casi olvidada. Además de compositor, defendió sus postulados de música programática como columnista. Tuvo éxito en las principales capitales europeas donde estrenó su obra, pero no en su propio país, Francia. Escribió un Tratado de Instrumentación que reeditó y corrigió Richard Strauss.

5.3 Gioacchino Rossini (1792-1868)

A los 37 años, el italiano había compuesto 38 óperas. Desde entonces no volvió a componer otro drama, lo que perdura como un misterio en la historia de la música. A los 12 años comienzó a componer canciones, ya sabía tocar el clave, la trompa y la viola. En 1804 la familia se radicó en Bolonia y allí recibió estudios formales de violoncello y contrapunto, y conoció las obras de Haydn y Mozart. A los 18 le encargaron componer una ópera y surgió El contrato matrimonial y otras, hasta que logró el éxito con La piedra de toque y sobre todo con Tancredo y La italiana en Argel en 1813. Luego viajó a Nápoles, donde compuso Ótelo y La Cenicienta, entre otros dramas. Sin embargo, su mayor éxito fue El barbero de Sevilla y su mayor desilusión, el fracaso ante el público de Guillermo Tell. Más óperas destacadas son La urraca ladrona y Semirámide, además de un Stabat Mater.

5.4 Felix Mendelsshon (1809-1847)

Destacada figura del prerrománticismo, de formación e inspiración clásica e incluso barroca. Sus principales maestros fueron Palestrina, Haendel y J. S. Bach. A pesar de su academicismo, encontró su inspiración en la naturaleza y la fantasía. Defendió las formas pequeñas (como la romanza sin palabras) pero trabajó todos los géneros, desde la música de cámara a la sinfonía, las oberturas y los oratorios. Dirigió orquestas y enseñó piano y composición. Conoció a von Weber y Spohr, y fue amigo de Schumann. Su estilo tiene el sentimentalismo de un romántico y el gusto y equilibrio de un clásico. Sus obras más conocidas son entre otras las Sinfonías Escocesa e Italiana, la suite de El sueño de una noche de verano y el oratorio Elias.

5.5 Frédéríc Chopin (1810-1849)

Apasionado y lírico, fue una de las figuras más representativas del espíritu romántico. El piano fue el medio para comunicar su visión interna. Nació en Polonia y fue reconocido en los salones franceses. Vivió poco y de manera escandalosa. Se enamoró de una escritora que firmaba con el seudónimo George Sand y de su país. Fue un patriota empedernido, cualidad que mostró en su música popular polaca, adelantándose al ingreso de los nuevos pueblos a la historia de la música. Entre sus principales composiciones (que son 169 obras en las que participa el piano) se destacan dos conciertos para piano y orquesta, varias sonatas para dicho instrumento, así como 19 nocturnos, 24 estudios, 26 preludios, 13 valses, 4 baladas, 4 fantasías, 11 polonesas, y 54 mazurcas, además de otras piezas menores, un Trío y una Sonata para. violoncello y piano.

5.6 Franz Liszt (1811-1886)

Importante renovador de las formas que definió a la rapsodia y creó el poema sinfónico. De origen húngaro. Su padre, músico aficionado en la residencia de los Esterházy, le enseñó a tocar el piano. Su talento fue estimulado por el patrón, quien financió sus estudios en Viena, perfeccionando su técnica pianística con Czerny y trabajando la composición con Salieri. No consiguió entrar en el Conservatorio de París dirigido por Cherubini (por ser extranjero) y estudió con profesores particulares. Su vida privada estuvo signada por su fama de Casanova y un espíritu religioso, político y artístico. Dio luz al moderno virtuoso del piano, romántico y efusivo. Su composición se ve influenciada por el intérprete, por lo que su catálogo denota una carencia de unidad estilística.

5.7 Robert Schumann (1810-1856)

De origen alemán. Fue compositor y pianista, admirador de la poesía y las canciones de Schubert. En 1829 decidió dedicarse al mundo de la música y apoyó la creación de la sociedad musical Davidsbündler y la Nueva Revista Musical, en la que proclamaba la genialidad de Chopin o Brahms. Se concentró en distintos géneros cada vez; por ejemplo, hasta 1840 se consagró a la música para piano, en 1841 al medio orquestal y al año siguiente a la música de cámara con varios cuartetos y un quinteto para piano. Sus obras más reconocidas son los Estudios sinfónicos, Piezas de fantasía, Escenas infantiles, Álbum para la juventud, la ópera Genoveva, 4 sinfonías, algunos conciertos, música de cámara y ciclos de canciones.

6. Música de cámara

El romanticismo se caracterizo por la expresión intimista de la música de cámara. Sin embargo, varios de sus compositores trabajaron este género influenciados por modelos clásicos, aunque llenos de sentimientos y pasiones. Los muchos y buenos ejemplos de la escuela vienesa, como la obra de Beethoven, frenaron el acercamiento a las formas consagradas en obras maestras. Lo virtuosista reemplazó a la belleza de la estructura y la armonía del conjunto. De este modo, surgieron en aquel entonces intérpretes magistrales que impulsaron la composición para el lucimiento del solista, en sonatas a dúo con el piano acompañando, en formaciones tradicionales como el cuarteto de cuerdas, o en pequeños conjuntos de instrumentistas, en los que se conjugan el arco y los vientos. Intérpretes y compositores con un gran talento técnico, como Niccoló Paganini, conquistaron la escena musical de Europa.

6.1 Románticos camerísticos

Los primeros cuartetos de cuerda de Schubert siguieron las pautas formales de la escuela vienesa de Haydn y Mozart. La composición más conocida del período fue la obra para piano y cuerdas La Trucha. Luego, sus cuartetos se vieron influidos por su concepto del lied. Además de cuartetos, compuso un Octeto, a la manera de la suite, y un Quinteto para cuerda, con un violoncello añadido. Las principales obras de cámara de Schumann son de 1842, son cuartetos de cuerda con y sin piano. En cambio, la música de cámara de Mendelssohn abarcó una sonata para violín y piano, dos para piano y violoncello, dos tríos con piano, seis cuartetos de cuerda, dos quintetos, un sexteto para piano y cuerda, y un octeto además de otras obras menores. Pero la figura más relevante por su creación camerística fue Brahms, autor de 24 obras de este género: tríos con piano, cuartetos con piano, quintetos con piano, sextetos, un Trío para piano, violín y trompa sin válvulas o el Quinteto con clarinete, además de varias sonatas para solista y piano.

6.2 El violín

Así como el piano representó la potencia del progreso industrial, el violín fue la máxima expresión de lo artesanal. Su práctica aumentó merced a los nuevos conceptos orquestales organizados en torno a las familias de instrumentos y su voz principal en el medio sinfónico. El misterioso y romántico Paganini superó a importantes violinistas de la época como Rovelli, Sivori, Milanollo o Tua, a la vez que en Francia triunfaron los sucesores de Baillot como Mazas y Habeneck, además de Kreutzer al que Beethoven dedicó su Sonata op. 47 y otros posteriores como Alard, Beriot, Leonard, Massart y el belga Vieuxtemps. Mientras, en Alemania se destacó Spohr, profesor de Ferdinand David y destinatario de la dedicatoria del Concierto de Mendelssohn. Otros violinistas reconocidos fueron el checo Mildner, el austríaco Wranitzky y el alemán Joachim.

6.3 Instrumentos de viento

La música de cámara de las maderas provino de la música al aire libre del clasicismo. Las maderas solían agruparse en varios tipos de conjunto, desde el dúo a los nonetos. De esta manera, hubo ejemplos de dúos para instrumentos iguales (dos flautas, dos oboes, etc.) o en combinación con el piano en las sonatas a dúo. Así sucedió con los tríos con o sin piano, desde los destinados a tres trompas de Reicha, al Trio para flauta, violín y viola op. 87 de Beethoven. Los cuartetos de maderas se constituían en dos formaciones con clarinete, trompa y fagot. En ellos, la voz cantante la lleva la flauta o el oboe. El quinteto de vientos conjunta a la flauta, el oboe, el clarinete, la trompa y el fagot. Las agrupaciones mayores, como sextetos, septetos (o septiminos), octetos y nonetos no tienen una formación específica, pero suelen sumarse el contrabajo o contrafagot.

1 comentario:

  1. necesito las formaciones instrumentales de los quintetos man importantes

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